¡Hola a todos, buenos días!
Quería comentaros algunas noticias que he estado oyendo en
la radio estos días y que realmente son preocupantes. El pasado viernes escuché
en una entrevista que parte de la tardía hospitalización de Teresa Romero
(paciente afectada por ébola) se había debido a una mala traducción de los
protocolos. Ayer, oí también en la radio cómo las declaraciones del futbolista
Diego Costa en Chelsea que tanto malestar habían causado en el ambiente del
Atlético se habían debido a una mala traducción, que no era su intención decir
lo que salió en los periódicos… Dos ejemplos muy actuales de cómo una mala
traducción puede acarrear graves consecuencias.
Otro ejemplo muy conocido de mala traducción fue una noticia
publicada hace mucho tiempo por un periódico español. La noticia en España
decía que un accidente ferroviario en el estado de Florida había causado la
muerte de 4.000 turcos, cuando realmente los que habían fallecido en el
accidente eran 4.000 pavos.
Y aquí os pongo una foto de una caja de un juguete donde no
es que se haya entendido mal el mensaje original, es que la frase en español está
mal escrita y nadie lo ha mirado para corregirlo.
Lo malo de una mala traducción (valga la redundancia) es que
nunca se sabe las consecuencias que va a tener. Si todos supiéramos que sólo se
perderán matices, podríamos asumirlo, pero como vemos en los ejemplos
anteriores no siempre es así.
Me imagino que al editor del periódico no le haría ninguna
gracia ser el hazmerreir de todos los lectores durante un día. A Diego Costa no
le debe gustar que se le reciba con cierto rencor en Madrid por algo que no
dijo. Por no hablar de que te hospitalicen tarde por una mala traducción, o de
las personas que están en cuarentena y podrían no haberlo estado si la
traducción hubiese sido correcta. El fabricante del juguete también puede verse
afectado por la mala traducción. Un mensaje que está mal escrito te hace ver
que el producto es barato (y cutre) y tenga el precio que tenga, al consumidor
le va a parecer demasiado caro.
Por todo esto, es absurdo jugársela. Los traductores
profesionales son expertos en las materias en las que trabajan. En Thinking
Abroad no sólo intentamos que nuestros traductores tengan experiencia en el tema
del proyecto, sino que nuestro equipo sólo traduce a su idioma nativo.
Además, llevamos muy a gala el trabajo de documentación que hacemos con cada
proyecto. En ciertos casos hemos llegado a indicar al editor del texto fallos
del original y que nosotros hemos descubierto por nuestra documentación previa.
Y realmente ni es tan costoso ni lleva tanto tiempo… No
tiene sentido arriesgarte a un error sin saber qué consecuencias puede tener. ¿Qué
no conoces a nadie? ¡Pues ya nos conoces a nosotros! Podéis escribirnos sin
ningún compromiso y os informaremos de cómo trataremos todo vuestro proyecto y
el tiempo que llevará.
Feliz martes.
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