En la ficha técnica de esta feria indican que hay 597 empresas expositoras, de ellas 97 internacionales. Como casi todas las organizaciones feriales, creo que cuentan expositores directos y empresas representadas, pues por lo que he visto en el catálogo online de la feria a mí me salen unas cuatrocientas empresas españolas con stand directo. Aún así es una feria muy especializada y es un número muy considerable de stands, donde se ve la importancia que tiene este sector en la economía española.
Había pabellones de casi todas las comunidades autónomas y bastantes pabellones nacionales de otros países. Debo confesar que es la primera vez que acudo a este certamen, por lo que no puedo compararlo con ediciones pasadas, pero me ha parecido que había muchos visitantes, a pesar de que he ido a primera hora de la mañana, e incluso a las 11 había un poco de cola para entrar en los pabellones. Y los pabellones en si… bueno, a mí la feria me ha encantado. Los pabellones de las comunidades autónomas contaban con un diseño muy espectacular, los “puestos” de las empresas exponían la fruta de forma que te daban ganas de comértela directamente (incluso los ajos y las patatas eran bonitos). Las empresas que mostraban sus productos en un stand propio han cuidado mucho la imagen y los productos estaban muy bien expuestos. He hecho unas fotos de algunos stands y, si en las fotos no se ve así, es un fallo mío como cámara.
Es verdad que la fruta y la verdura son productos vistosos, pero para tener un stand que llame la atención, es necesario algo más que poner una montaña de naranjas, que sí, son muy bonitas, pero el diseño del stand hay que cuidarlo para que el producto destaque más. Me ha alegrado mucho ver esto, pues significa que vamos en la dirección correcta y cada vez apreciamos y cuidamos más la imagen de nuestros productos. No es sólo vender calidad a buen precio, es vender un producto que se mete por los ojos e indicarle al comprador cómo puede venderlo él a su vez para que sea más atractivo. A la hora de exponer en una feria, a menos que tengas un producto muy conocido en el mercado a un precio excepcional, merece la pena gastar tiempo en ver la mejor manera de presentarlo, no sólo para que quede bonito, sino también para que el comprador vea cómo lo puede vender y/o utilizar.
Al final, cuando me iba, unos jóvenes vestidos de negro y con delantal blanco sacaban unas bandejas inmensas con frutas (peras, manzanas) y hortalizas (tomates), condimentadas y con una pinta impresionante. Me enteré que eran productos del pabellón holandés… Hemos mejorado mucho, pero aún podemos aprender e innovar…
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